miércoles, 4 de noviembre de 2015

Magdalena Correa Henao: la única jurista de la terna


Por: Marcos Criado de Diego

El 3 de noviembre de 2015, la terna de candidatos al puesto vacante de magistrado de la Corte Constitucional colombiana seleccionados por el Presidente de la República, se presentaron en audiencia pública ante el Senado de la República, que les concedió diez minutos para realizar una presentación de sí mismos y de sus aspiración.

Casi 50 años antes, el 1 de diciembre de 1967, Carlos Gaviria Díaz, quien fuera presidente de la Corte, dio una conferencia ante el Colegio de Abogados de Medellín con ocasión de su ingreso en la Institución. La conferencia se titulaba “La enseñanza del Derecho en nuestro medio” y en ella alertaba de la existencia en las escuelas de derecho colombianas de “una marcada tendencia a preparar abogados, es decir, individuos aptos para desempeñar un oficio”, mientras que se hallaba relegado “el propósito de formar juristas, o sea personas… que alienten y estimulen el progreso de la ciencia jurídica y consecuentemente de las propias instituciones que conforman y hacen posible la vida comunitaria” .

Pues bien, a la luz de sus intervenciones la terna seleccionada por el Presidente de la República está compuesta por dos abogados y una jurista.

Carlos Gaviria llama jurista “al científico del Derecho, es decir al hombre que sabe con rigor y certeza en qué consiste el objeto jurídico y cuál es la manera de tratarlo”. Quién hizo patente el 3 de noviembre un conocimiento cabal del objeto jurídico constitucional y del instrumento adecuado para manejarlo, fue una mujer llamada Magdalena Correa Henao.

Al hacer de la utopía el centro de su discurso, Magdalena Correa demuestra dos cosas:

En primer lugar, que conoce y comprende la esencia más íntima de la Constitución. Desde sus orígenes revolucionarios, el constitucionalismo ha sido un movimiento que ha pretendido progresar más allá de lo que las circunstancias del momento mostraban como “posible”, de manera tal que las constituciones no pueden contemplarse solo como norma efectivamente vigente, sino también como proyecto, como horizonte, como proyección de lo que una sociedad quiere llegar a ser.

Un juez constitucional consciente del proyecto, y no solo de la norma constitucional, es un juez con un conocimiento más cabal y más riguroso de su objeto que el que solo conoce la norma y la jurisprudencia que actúa la norma.

En segundo lugar, demuestra que pone ese conocimiento íntimo de la Constitución por delante de otras consideraciones. Algunos amigos abogados me han hecho notar que centrar la intervención ante el Senado en un discurso alternativo, como puede ser el de la “Constitución utópica”, no es la táctica adecuada para convencer a los honorables senadores.

Pero como también nos dice Carlos Gaviria, jurista no es quien piensa el Derecho con una intención pragmática, como medio conducente a un fin, sino quien se compromete definitivamente con el progreso de las instituciones comunes. Y ese es el compromiso ineludible que demostró Magdalena Correa en su intervención.

La cuestión es, ¿qué quiere para Colombia los honorables senadores? ¿Abogados? ¿Una jurista?.